Tendría que haber comprado dos, es la frase que más nos hemos dicho el uno al otro en esta ciudad.
La gente no camina, la gente va en scooter. Ellas van con barbijo siempre, no sabemos si por la polución, que a nuestro modo de ver no es tanta, o por estética y tratando de salvaguardar sus finados cutis del smog. También puede que utilicen la mascarilla como arma de seducción, sonrisa va sonrisa viene, únicamente delatada porque los ojos se achinan un poquito más. Me pregunto qué harían estas chicas tan muñequitas con poluciones como las de Kathmandú, irían con escafandra en moto.
La gente no camina, la gente va en scooter. Ellas van con barbijo siempre, no sabemos si por la polución, que a nuestro modo de ver no es tanta, o por estética y tratando de salvaguardar sus finados cutis del smog. También puede que utilicen la mascarilla como arma de seducción, sonrisa va sonrisa viene, únicamente delatada porque los ojos se achinan un poquito más. Me pregunto qué harían estas chicas tan muñequitas con poluciones como las de Kathmandú, irían con escafandra en moto.

Ellos van con sus zapatitos de cuero marrones de punta cuadrada a todos sitios, sus cuerpitos de torero y su pelo tipo palmera engominado en los peores remolinos; en vez de cabeza tienen un cogollo del que emanan borbotones de pelo a mansalva, flequillos solamente turbados por el humo de sus cigarrillos, que al subirle por la cara, los achina todavía más.
Así que en Vietnam son definitivamente mucho más chinos que en el resto del sudeste asiático ó el modelo cierra más con el vendido por Hollywood. En Laos son mucho más compactos, o sea de complexión más robusta, sorprende la fortaleza física de las mujeres, ellas son muy hombrones pero sin haberse pasao al otro Lao y en Tailandia, a la inversa, ellos son en muchos casos nenazas, pero con algún problema de personalidad. ¿Confucios?


Esto de ser más chinoides, uno lo nota, cuando observa que los únicos pelos que brotan de la faz de un hombre vietnamita, son esas tres cerdas de guitarra que salen tipo Fumanchú de algún islote de debajo de la barbilla, como que en vez de crecerles pelo de barba les crecen amagos de bigotes de gato atados a un lunar. En India, había un no menos, curioso fenómeno; algunos hombres tenían crestas de pelo en la parte superior y externa de las orejas, ¿serían de una casta especial de esas que ellos tienen? Aunque en lo único que se parecen indios y vietnamitas es en indicarte por donde queda un lugar, los indios tiran del infinito y los vietnamitas tiran del 5 lobitos tiene la loba, o sea que mueven la mano abierta girando la muñeca derecha-izquierda, derecha-izquierda, derecha- izquierda y arrea costipao!!!
Nos faltó ponernos una vacuna en Buenos Aires, la de cara de boludos!!, aquí nos vacunan por todos sitios, al final dices bueee son dos dólares tampoco me voy a poner a discutir, si te pillan medio dormido te la dan con arte, en fin…hay que estar ojo avizor.Hanoi es el reino de las copias falsificadas y de los containers desviados. Relojes, pantalones, gafas, camisetas, películas… todo trucho!! sí, sí, pero que si no te lo dicen ni te enteras, nosotros nos compramos uno de cada, y a veces hasta dos, para qué engañarnos, lector.
Uno pierde un poco el norte, por ejemplo, una camisa de The Gap, pagas 14 dólares, pero ves que en la etiqueta pone 40 y que incluso tiene código de barras como para venderse en Missouri y hasta lleva el cuadradito ese metálico oculto para que te pite, y la etiqueta dice made in Vietnam, y seguro que el primo del dependiente llevaba el camión al puerto. Sea lo que sea y fuere donde fuere su destino final, es buena, bonita y barata. El que no compre aquí, que tire la primera piedra.
En Hanoi hay de todo y para todos, la calle es un mercadillo continuo, tiendas y tenderetes, toldos y taburetes, mucha venta de comida a ras de suelo pero esta vez higiénica, mucho conductor al móvil y también mucha casa sin revocar. Es una ciudad fácil para el turista de ipod como nosotros, precios bajos, mucha actividad y cafetitos por todos sitios, el café es soberbio y la comida lejos, la más buena de cuantos sitios hemos estado.

Un día alquilamos bici, matando así varios pájaros de un tiro, vimos el mausoleo del Sr. Miyagui (Ho Chi Min, el Lenin vietnamita).

En un edificio horrendo y enorme lo tienen embalsamado y envitrinado, (como terminará el Litri), al pobre abuelo a lo oso polar, los humanos que somos muy morbosos hacemos largas colas para ver este tipo de atracciones, lo más gracioso es que hay niños-guardias muy serios y a la vez cómicos, que te prohíben hablar o ir con las manos en los bolsillos mientras haces la fila. Pasamos también por el templo de la literatura, pero luego dejamos los deberes de la lonely planet y nos fuimos a simplemente pasear y perdernos, tratando de imaginar cómo sería nuestra vida si viviéramos en un lugar como este, quizá seríamos titiriteros del teatro de marionetas acuáticas: una preciosidad.
Un karaoke, una masajista y una moto es lo que intuimos se llevaría un vietnamita a una isla.
Cuentos chinos
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