martes, 17 de febrero de 2009

BANGKOK 9-11 FEBRERO

Bye bye mundo cruel. De nuevo madrugón. Nosotros no somos de esos que estamos a lo que salga; no viene la montaña a nosotros, pues nosotros nos vamos de la montaña, y en este caso nos despedimos desde un téte a téte, un mano a mano de 8 mil a mil. Qué serena se ve toda la cordillera desde el asiento...

Olas

En el aeropuerto de Kathmandú te cachean como 4 veces antes de tomar el avión, será por si te has chirlado algún dvd falsificado de películas del Everest? Como llegamos con tiempito, a falta del manotazo, nos quedamos copiando de un kioskete algunos títulos de documentales sobre el Himalaya, que exceptuando los del Dalai Lama y exilio con Tintin en el Tibet -que deben ser como unos 40- rescatamos algunos, para los amantes de los buenos docus y del download, sabedores haylos, entre nuestros seguidores;


- Treasure seekers de Gavin Macfaydín, trata sobre los buscadores de panales de miel nepalíes, tienen una técnica acojonante, de descolgarse por las montañas y con cañas robarse los panales.
- Himalaya, terre de serenité de Arnoud Desjardins.
- Blind mountain de Yang Lí.


Los hindúes suelen llevar el punto rojo en la frente, pero cuando toman altura, parece que el puntito no les es suficiente y se rompen un huevo de codorniz (rojo) entre ceja y ceja para que no pase ná de ná. O es tema de superstición, o que era carnaval y no nos enteramos.

Nuestra amigatelli nos ilustra la idea


Los taxis tienen colores más brillantes que los autos de choque de las ferias. Por la calle de nuestro barrio for export, se ve a mucho Marcel Marceau con veinteañeras de porcelanosa, por momentos huele como en el barrio del sardinero de Santander, por fin se entrelazan las manos mirándose por primera vez a los ojos no virtualmente, el hooligan con el ex-mercenario albanés, hay una Pepsi blanca de la cual ya ingerimos 2 litros, hay bicicletas no para alquilar, sino gratis para promocionar la green siti, camina al viento mucho culturista en su última cuota de gimnasio-pantalón, mucho militar por debajo de las rodillas, algunas fat rubias solitarias con camisetas con la mandíbula de Tiburón abierta y dos gotitas de sangre en la comisura, la fruta menos exótica que te venden por la calle es el mango, ni un papel en el suelo y un calor que ya nos gustaría haber nacido amarillos para soportarlo. Mucho gavacho aussi.


Cuando en una ciudad, el ayuntamiento te presta una bici: buen síntoma. Como nos gusta dar paseítos en este medio, a nuestro rollete, nos paramos y nos comemos un polo de naranja y un drácula, menudo flashback!!. El primer día vemos todos los templos y templarios desde afuera, y hasta desfilan 15 uniformes de colegio por nuestros ojos: chavaloides-manga, saliendo de todas partes. Como no, se te acercan los dos raterillos de turno para meterte el que `today is only day promotion´, pero como nos deben ver cara de infinito, enseguida se les borra la sonrisa y se van en busca de otra presa.


Nada más salir un poquito de nuestro barrio te das cuenta de que el tigre del sudeste asiático muestra sus dientes. Aquí con la misma comodidad, uno se puede mover por agua, tierra o aire. El río arquea la ciudad dejándote al pie de todos los barrios; el chino, (ríansen sen de los barrios chinos de New York, Buenos Aires etc), el financiero, el de grandes almacenes. El metro aéreo se entrecruza con las autopistas y calles y va culebreando toda la urbe. Entramos en un shopping en busca de aire acondicionado, a primera vista las tiendas, más que cadenas tipo Zara, son casi todas boutiques de alto vuelo, con precios London, sin embargo la comida es más barata que en Buenos Aires y fuera de estas tiendas también la ropa suele ser más barata. De todas maneras no duramos mucho en el chopin.


En la habitación del hotel, electricidad las 24 horas del día y agua caliente sin balde a la vista, un ventilador encendido que bajo la luz blanca de laboratorio nos marea un poquito, será eso, o el cervezón que nos bajamos para soportar los calores de la muerte? Mañana nos vamos a unas islitas: quisiera ser un pez para meter mi nariz en tu pecera.


Una, por lo menos, jetlaguera sensación, nos impregna: qué calufa que está cayendo!! estamos derretidos, del sueño a alguno se le cae la mano de la cama y lo primero que toca al pie de la misma es el forro polar que ayer cruzó con nosotros esos montes. Hoy aquí, mañana allí: la vida es un frenesí, las mochilas se desparraman en un plisplás por las habitaciones de los hoteles y tratamos de poner en una, (nueva adquisición para ir más holgados), lo que ya no vamos a utilizar, en otra, lo que podría ser y en otra de la mitad de la mitad de peso: lo que nos llevaríamos a una isla, (dónde está la guitarra?).

Y siempre llevando el encanto de la melancolía a cuestas, nos estará faltando algo de lassy? A ver qué nos pasa después de venir todo tuneados de las islitas.


Merde!! nos ha entrado un Troyano en la computer, seguramente de tanto andar enchufando los pen por los locutorios del mundo, el troyano se ha saltado la cuarentena a la torera, qué hacemos? A buen entendedor...Juli sobra!!

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